Alimentación, derecho postergado
Según el Observatorio de la Deuda Social argentina, en el último trimestre de 2015 uno de cada cinco niños y adolescentes en el país tuvo que disminuir el consumo de alimentos en cantidad y calidad debido a problemas económicos en sus hogares. De la misma manera, el 7,7% de la población menor de 17 años (casi 900.000 menores) experimentó situaciones de hambre en los últimos doce meses previos a ser consultados. El informe se basó en la situación que atraviesan niños y jóvenes de 20 ciudades de Argentina con más de 80 mil habitantes.
El derecho a la alimentación en cantidad y calidad se encuentra vulnerado en casi el 20% de la población infantil argentina. En Córdoba muchos niños deben satisfacer este derecho básico en organizaciones sociales, tales como comedores, apoyos escolares, hogares, centros comunitarios, iglesias y ONGs. A su vez, estas organizaciones que contienen a la población más vulnerable están sufriendo grandes necesidades. Aumenta la carencia y las entidades deben incorporar nuevos servicios y ampliar su asistencia.
En este marco, el Banco de Alimentos tiene un 50% más de solicitudes de organizaciones sociales que necesitan su ayuda. A su vez, el 80 % de los comedores asistidos por esta Fundación confirman un aumento entre sus beneficiarios debido a la dura realidad que viven las familias. El 40% de las mismas aseguran que la ayuda que reciben –ya sea de empresas, organismos públicos u ONGs- en cambio, no se vio modificada y el 90% de las instituciones coinciden en que el aumento de la asistencia resulta insuficiente para la demanda que tienen. Adaptarse al contexto inflacionario resulta muy difícil y el 80% de ellas afirman que existen productos que se consumen sólo cuando se reciben en donación como la manteca y el aceite, si es que se consumen.
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