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El año de los dos millones

Cuando arrancó el 2020, nadie imaginaba el desafío que iba a significar continuar con la misión principal del banco de alimentos: contribuir para reducir el hambre en la ciudad y alrededores. La necesidad era alta, pero de alguna manera las herramientas parecían ser suficientes para enfrentar otro año junto a los comedores y merenderos beneficiarios.

A principios de año, la fundación contaba con 313 organizaciones sociales que retiraban alimentos regularmente y asistía a una población estimada de 26.000 personas. En lista de espera se encontraban unas 196 instituciones, que esperaban ser incorporadas al sistema para comenzar a recibir alimentos.

A partir de las medidas de aislamiento preventivo y obligatorio, la situación cambió radicalmente: muchas organizaciones ya no pudieron brindar su servicio alimentario. Pero la necesidad detectada en los vecinos fue tan grande que tuvieron que reinventarse. Ahora no sólo entregaban alimentos (mediante la preparación de viandas o bolsones) a los niños y niñas del barrio, sino a la familia completa que estaba pasando una gran necesidad.

El banco de alimentos pudo dar respuesta inmediata, gracias a la campaña “Acá estamos” y otras  acciones que comprometieron a toda la sociedad. Fue así que en el mes de mayo entregó alrededor de 500.000 kgs de alimentos, lo que benefició a más de 100.000 personas. Un alcance y un esfuerzo nunca antes visto.

A medida que las actividades retornaron, las organizaciones se reacomodaron.  Pero la necesidad siguió creciendo de forma exponencial. Hoy  la fundación tiene 331 comedores y merenderos en lista de espera, que necesitan ayuda alimentaria para seguir funcionando.

El 2020 demostró que la solidaridad es grande, se entregaron más de 2 millones de kilos de alimentos aptos y seguros. Pero las secuelas que deja la situación de pobreza y necesidad actual son tan tremendas que requiere de un mayor esfuerzo para poder salir adelante.

Gracias por todo lo logrado. Brindamos por un 2021 lleno de esperanza y alimentos nutritivos para todos/as.

Crece el hambre en América Latina ¿qué hacer?

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) publicó recientemente un informe que refleja la situación de la seguridad alimentaria y nutrición en el mundo. Las conclusiones son poco alentadoras: durante 2019 47,7 millones de personas se vieron afectadas por el hambre en América Latina y el Caribe.
La cifra resulta más que preocupante, porque es el quinto año consecutivo en el cual aumenta este indicador. De continuar con esta tendencia, será imposible de alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2030, que persigue la erradicación del hambre por completo para ese momento.
Según el balance, el 7,4 por ciento de la población de Sudamérica en estos momentos se enfrenta al hambre y para 2030 el porcentaje subirá al 9,5 %. Cabe destacar que este informe no tiene en cuenta la crisis mundial por el coronavirus, por lo que la situación puede ser aún peor.
Ya es sabida la triste historia de desigualdad que afecta a nuestro continente, en donde se presenta -hoy más que nunca- esta paradoja: América Latina es una de las despensas de alimentos para el mundo, pero no puede alimentar a su población más vulnerable.
La pregunta ¿qué hacemos para evitar la inseguridad alimentaria? se responde automáticamente con un rotundo “dieta más saludable para todos”. Pero esto nos enfrenta a otra situación: el costo económico de una dieta saludable actual, supera el umbral internacional de la pobreza, lo cual la hace imposible de adquirir para la población pobre.
El problema del hambre no se trata de una cuestión de productividad, sino un grave problema de pobreza, desigualdad, crisis económicas, conflictos y más. Por lo tanto, su solución depende de un enorme compromiso de todos los sectores.
Los bancos de alimentos están trabajando desde hace tiempo en este sentido.

¡Gracias por acompañarnos!

Frente a la situación que nos toca vivir, en la Fundación Banco de Alimentos trabajamos para brindar asistencia a miles de cordobeses que sufren necesidades. El actual contexto está poniendo al descubierto más pobreza y desigualdad, especialmente presentes en el acceso a una correcta alimentación.

Hoy nuestra tarea de distribuir alimentos seguros y saludables, se vuelve imprescindible. Para ello, pedimos la colaboración de todos. Y podemos decir, con gran orgullo, que estamos acompañados. La respuesta de la comunidad no se hizo esperar.

  • Las empresas donantes de alimentos siguen redoblando su esfuerzo, y así nuestro depósito recibe cada vez más recupero y donaciones de mercadería.
  • Las campañas Acá Estamos, Codo a Codo, Una sola hinchada, Entre todos podemos y otras organizadas junto a la Red Argentina de Bancos de Alimentos, también muestran el apoyo del sector empresario en Córdoba y el país.
  • Muchos emprendimientos locales, como Buena Cepa o EOS Distrito Deportivo, manifiestan su compromiso con iniciativas de responsabilidad social.
  • La cultura dice presente en la solidaridad de los amigos artistas, como Los Caligaris.
  • Lo mismo hacen sectores del deporte, representados en los clubes de Córdoba, que emprenden y difunden acciones solidarias.
  • Cientos de voluntarios se anotan de forma espontánea, ofreciendo su tiempo para colaborar en todas las tareas.
  • Representantes del Ejército Argentino y el Centro de Operaciones de Emergencias de la provincia asisten regularmente a nuestra sede para clasificar los alimentos y preparar las entregas.
  • Las organizaciones no gubernamentales que trabajan junto a nosotros se encuentran pendientes, siempre pensando en ayudar y ciento por ciento comprometidas con sus causas.
  • Cada uno/a de los/las ciudadanos y ciudadanas que sumaron su colaboración en estos meses, han generado un impacto positivo y significativo en nuestro trabajo.

Sabemos que el esfuerzo en conjunto logra los mejores resultados. Sigamos por este camino y gracias por acompañarnos.