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2018: año de desafíos y resultados

Terminó 2018, un año complejo y de mucho movimiento para la Fundación. Pero también lleno de satisfacciones, con la esperanza de seguir trabajando de manera más eficiente para combatir el hambre y la malnutrición en la ciudad y alrededores.

Arrancamos el año con una única misión general: distribuir más cantidad de alimentos, de mejor calidad nutricional, para contribuir con la alimentación de más personas. 

Esto se pudo lograr con creces, dado que se recuperaron y entregaron 1.913.818 kg de alimentos aptos para consumo, alcanzando a 18.356 cordobeses. Además, con el aliciente de saber que el 57,2% de estos productos fueron de valor nutricional medio y alto.

Estos números significan que sólo con lo distribuido, se pudieron generar 5.741.454 raciones de comida que se distribuyeron entre los 2.281 servicios semanales (desayuno, almuerzo, merienda y cena) que brindan nuestras 214 organizaciones sociales.

Las cifras no se hubieran podido alcanzar sin el trabajo comprometido de los voluntarios, que dedicaron 15.270 horas de su tiempo para recibir, clasificar y entregar los alimentos. Muchos de ellos se encontraron realizando tareas de trabajo comunitario, otros llegaron a través de los convenios que firmamos con 8 empresas, 5 universidades y 4 colegios, o vinieron desde el exterior para desarrollar una experiencia diferente. Cada uno aportó lo suyo para lograr un impacto mayor, dado que el 41% de las horas totales de trabajo en el año fueron realizadas por voluntarios.

Potenciamos el trabajo en Red, para lograr una Argentina bien nutrida y sin hambre. Compartimos con otros bancos de alimentos un total de 401.092 kilogramos, que llegaron a Río Cuarto, Buenos Aires, Rosario, Santiago del Estero, Tucumán, Villa Mercedes y Mendoza.  También en este sentido, participamos del encuentro anual de Bancos de Alimentos que se desarrolló en Houston y recibimos la donación de un camión, gracias a la Global Foodbanking Network y la Fundación General Mills.

Desde el área social se generaron espacios de capacitación durante todo el año, fueron 41 talleres que se dictaron a más de 80 referentes de las organizaciones. En ellos, se aprendieron técnicas para aprovechar mejor los alimentos y preparar recetas más nutritivas. Además, sirvieron como jornadas de intercambio de saberes y experiencias entre nuestros beneficiarios.

La capacitación fue clave para saber utilizar los 112.435  kilogramos de frutas y verduras recuperadas y entregadas  del Mercado de Abasto Municipal, que llegaron después de ser clasificadas, en óptimas condiciones a las organizaciones. Más de 90 puestos fueron los protagonistas de este número récord, que conforma una cadena de alto valor solidario y también nutricional.

Las campañas y eventos se destacaron por recolectar más de 14.000 kg de leche y por dar gran difusión a nuestra misión.

Todas estas acciones estuvieron atravesadas por la premisa de la calidad, apuntando a la mejora continua. Seguimos trabajando bajo las normas 324:2010 de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), que son certificadas por IRAM Argentina.

2018 fue un gran año para la Fundación. Será nuestra responsabilidad seguir #RescatandoSonrisas en 2019.

Calidad: Buenas Prácticas en acción

La Fundación lleva adelante un programa de calidad que resulta transversal a todas las actividades usuales, en su trabajo diario de recuperar y entregar alimentos. Por ello, es que desde el año 2014 certifica la norma  324:2010 de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), a través del organismo de certificación IRAM Argentina.

“Las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) son una serie de prácticas y procedimientos que se encuentran
incluidos en el Código Alimentos Argentino (CAA) desde el año 1997 -por lo que son obligatorias
para los establecimientos que comercializan sus productos alimenticios en el país- y que son una herramienta
clave para lograr la inocuidad de los alimentos que se manipulan en nuestro país.” (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica – Gobierno de la Nación)

 

En Córdoba; donde recibimos, almacenamos, clasificamos y entregamos un promedio de 150.000 kg de alimentos por mes, resulta fundamental cumplir con estas normas para garantizar la seguridad e inocuidad de los productos que manipulamos. Ese compromiso, nos permite asumir la responsabilidad necesaria ante nuestros más de 17.000 beneficiarios, para asegurarles que los alimentos no causarán ningún daño.

IRAM es el Instituto Argentino de Normalización y Certificación y es la organización que desde 2014 certifica el cumplimiento de las normas BPM en la Fundación Banco de Alimentos. Cada semestre, sus representantes auditores se acercan a controlar que esto así sea. De la misma manera, cada dos años realizan una auditoría de recertificación en la que vuelven a revisar procedimientos, registros y capacitaciones para que el alcance de especificado se cumpla de manera fehaciente.

En este marco, el pasado jueves 25 de octubre, superamos una nueva auditoría de cumplimiento. Desde IRAM nos visitaron María Fernanda Montoya (Gerente Adjunta) y Diego Alejandro Gordo (auditor responsable) que conformaron el equipo auditor.  En su visita recorrieron las instalaciones, realizaron seguimiento de los lotes y partidas, se involucraron en todos los procesos y controlaron registros, procedimientos e instructivos de las diferentes actividades.

Todos estos actores y acciones involucradas constituyen la herramienta más efectiva para que tanto nuestros donantes como nuestros beneficiarios se queden tranquilos y sepan que los alimentos que distribuimos están aptos para ser consumidos.