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Enero, entregas y nutrición

El primer mes del año, el área de nutrición trabajó para que la alimentación de nuestros beneficiarios sea más completa y saludable. Presentamos algunos de los alcances logrados por el área:

 

  • 24.467 kgs de yogur entregados en el mes de enero. 

 

  • El 72% de los alimentos distribuidos fueron de valor nutricional medio – alto.

 

  • Se realizaron entregas de 601 pedidos en el mes. 

 

  • 192,7 kg de alimentos es el promedio de cada pedido entregado. 

 

  • Cada pedido se compuso, en promedio, por un 81% de alimentos, un 16% de bebidas y un 3% de productos de limpieza y otros. 

 

Podes ver el informe completo del área acá.

 

#Copate – Más de 20 mil litros recolectados

Estamos atravesando las últimas semanas de la colecta de leche #Copate, organizada para abastecer de este vital alimento a nuestros beneficiarios. Este año la realizamos 100% virtual, invitando a los cordobeses a donar el monto que puedan a través de nuestra página https://www.bancodealimentoscba.org.ar/landing/ Con el dinero recolectado, podremos adquirir leche y acercarla a las 80.000 personas que reciben alimentos de nuestra fundación.

Grandes empresas y asociaciones ya se sumaron, como MANFREY, HIERROS, GENERAL COLLECTCOBITAT, MARCAS CROWBRANDING, RICHETTA y CIA y los clubes  TALLERES y BELGRANO que brindaron apoyo exclusivo y fundamental. Es importante destacar la colaboración de socios estratégicos como radio Gamba, radio Sucesos, Lox Voice, Universidad Siglo 21, Mariano Moreno, Universidad Católica de Córdoba, escuela de gastronomía Celia, Foro ODS, SOS Ortodoncia, Cultura Británica, The Typesetter, Brittish School, Saint Patrick´s school, colegio Jockey Club Córdoba, unidad educativa Maryland, centro educativo John Dewey, colegio Monjas Azules y colegio Madres Escolapias.

Ya llevamos recolectados más de 20.000 litros de leche y esperamos seguir recaudando.

Todo aporte suma, en este contexto donde el consumo de leche bajó drásticamente, registrándose el menor nivel desde 2003 (179 litros por habitante). Esto resulta alarmante, sobre todo para los niños, dado que los lácteos son la fuente fundamental de calcio de la dieta, y el calcio es un mineral clave para la salud ósea.

Todavía podés COPARTE y colaborar con la alimentación de miles de niños.

 

 

#Copate con la colecta del banco

El Banco de Alimentos invita a sumarse a la colecta de leche 2020. Buscamos recolectar leche en polvo y larga vida, que será posteriormente distribuida entre las 421 organizaciones sociales beneficiarias (comedores comunitarios, merenderos, apoyos escolares, hogares, centros comunitarios, salas cuna, centros de día y rehabilitación, guarderías y otras organizaciones).

Desde el año 2006 la Fundación organiza esta campaña, que en 2019 contó con la participación de más de 100 instituciones y logró recolectar más de 30.000 kg de leche, entre leche en polvo y larga vida.

¿Por qué leche?

La leche es un alimento vital para el desarrollo de los niños. El 75% de los beneficiarios asistidos por la Fundación, son niños de 0 a 12 años pertenecientes a sectores vulnerables. El Banco de Alimentos busca garantizar el consumo de leche en los menores, para asegurar una correcta alimentación y por consiguiente un adecuado desarrollo.

 

¿Cómo se instrumenta la colecta?

En 2020, y frente a la situación que exigen los protocolos debidos a la pandemia por Covid-19, la realizaremos de forma 100% virtual, solicitando la colaboración a través de una donación de dinero, que se utilizará para la compra de leche. Estimamos que una donación de $50 equivale a 1 litro de leche, por lo que habilitaremos canales de recaudación virtual para acceder a diferentes montos, acorde a la posibilidad de sus colaboradores.

 

¿Cómo participar?

Podés realizar tu donación de

O podés sumarte donando otro monto acá.

¿Quiénes se suman?

Este año, contamos con el apoyo de Marcas Crowbranding y Madketing, que nos ayudan en la difusión y contacto con posibles aliados. Además, ya se sumó el Club Atlético Talleres, que enmarca la colecta en las celebraciones por su aniversario.

¿Qué nos motiva?

Todos los años, #LaColectadelBanco busca superarse para asegurar que los niños cordobeses tengan acceso a una alimentación saludable.  Buscamos gente comprometida, solidaria, buena onda. ¡COPATE!, colaborando por aquellos que más nos necesitan. Esperamos contar con su apoyo y hacer entre todos una Córdoba más solidaria.

La importancia de comer juntos

El acto de comer no se define simplemente en la ingesta de alimentos, sino que se trata de una práctica cultural clave para que los miembros de la familia incorporen hábitos, costumbres, valores y afectos. Por eso, utilizamos el término comensalidad para referirnos a estos momentos en los que se comparten los alimentos y mucho más.
Comer en conjunto es una tarea que se realiza desde tiempos prehistóricos, para la supervivencia de la comunidad. Así, se han sostenido vínculos y relaciones que indican la pertenencia a un grupo determinado. Hoy, por la vida que llevamos, resulta cada vez más difícil reunirse en torno a la mesa.

¿Por qué es importante compartir la comida?

Porque es en este espacio donde los niños incorporan y aprenden los hábitos alimentarios que durarán toda la vida. Está demostrado que quienes comen en familia tienen menos posibilidades de desarrollar trastornos alimentarios y de ser obesos. Además, son más propensos a comer sano.
Durante la comida, se establecen relaciones y se fortalecen vínculos afectivos. Así, se transmiten modelos alimentarios, que los chicos son capaces de internalizar después de los tres y cuatro años de vida.
La presencia y el ejemplo brindado por los mayores, así como la disponibilidad de ciertos alimentos en la casa, serán claves para determinar la relación de los chicos con una buena nutrición el resto de sus vidas.

Y por casa ¿cómo andamos?

En Argentina desayunamos mate, café o té a medida que cada uno se levanta. Se almuerza liviano, generalmente en la escuela o el trabajo, y se merienda alguna infusión a medida que se regresa al hogar. La familia sólo se reúne para la cena, según una investigación llevada a cabo por la Universidad Católica en 2018. Por otro lado, es cada vez más común el “picoteo”, que muchas veces reemplaza a la comida y se opone a la comensalidad, porque se realiza en soledad.
En cuanto a las actividades que acompañan a la comida, la gran mayoría de los niños en el país afirman que conversan y miran televisión. Este dispositivo es un miembro más de la familia, presente en el 80% de los casos encuestados.
En resumen, comensalidad y buena salud van de la mano. Porque no sólo se refiere a hábitos alimentarios, sino a sostener relaciones y vínculos que contribuyen al desarrollo integral de los niños.

Desde el Banco de Alimentos llevamos adelante el Programa Familias a la mesa, que tiene como fin volver a la comensalidad. Podés conocer más acá.

Un año a puro taller

Acorde con la misión de “educar sobre una alimentación saludable”, en 2019 organizamos múltiples talleres teórico – prácticos de cocina en las escuelas de gastronomía Pimienta Negra y Azafrán brindados por chefs especializados, como Julio Serna y Bruno Ferrero.

Así, 190 referentes de organizaciones sociales se capacitaron en temas como el uso de frutas, verduras, legumbresmaní, pastelería y panadería.

Todas las jornadas fueron posibles gracias a la colaboración y apoyo de grandes firmas, como Coca Cola Andina, Universidad Siglo 21, Molinos Dimaflo, Cono y Clera.

Por otro lado, desde el Banco de Alimentos y en nuestra sede brindamos charlas sobre nutrición e inocuidad alimentaria.

Consideramos que el conocimiento es la mayor herramienta para combatir los grandes males que aquejan a la salud alimentaria: malnutrición y obesidad. Por eso trabajamos continuamente en la capacitación y educación de nuestros beneficiarios.

Rotulado y etiquetado de alimentos

Saber exactamente qué contienen los alimentos que ingerimos resulta  básico para mantener  una buena nutrición, especialmente cuando desde la góndola nos “bombardean” con productos que son atractivos a la vista, pero cuyos ingredientes no quedan del todo claros.

Para disolver estas dudas, es que el rotulado de los alimentos envasados busca “orientar al consumidor en la decisión de compra a través de la declaración de información relevante, evitando que se describa al alimento de manera errónea o equívoca. La misma debe ser debe ser simple y de fácil comprensión, a fin de favorecer la interpretación de las propiedades de los alimentos y, consecuentemente, ayudar al consumidor a tomar decisiones adecuadas” (Ministerio de Agroindustria de la Nación)

Sin embargo, acorde con la última Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS), en Argentina solamente una de cada tres personas  lee las etiquetas, y de ellas sólo la mitad las entiende. Además, es  la población con menor nivel educativo y mayor vulnerabilidad social, quien menos se informa al respecto.  Por lo tanto, el sistema de información nutricional vigente no funciona para la mayoría de los consumidores.

En nuestro país, el contenido del rotulado está definido en el Código Alimentario Argentino (CAA) y toma otras resoluciones acordadas a nivel del Mercosur. Pero se encuentra actualmente en debate y se considera que es necesario avanzar en contenidos más simplificados y de interpretación más rápida.

En otros países existen distintos modelos de etiquetado: de tipo descriptivo (donde se brinda la información nutricional más relevante) o interpretativo (determinando un puntaje o calificación para cada alimento, según sus componentes nutricionales).

Más allá del modelo que se adopte, lo importante es que la Argentina se ponga al día con el resto del mundo y tome una determinación que haga el rotulado simple y fácil de entender. Así, los consumidores podremos elegir a conciencia alimentos de mejor calidad nutricional, sin necesidad de ser expertos en el tema.

Nutrición, materia pendiente para Argentina

¿Cómo nos alimentamos los argentinos? ¿Estamos realmente bien nutridos? Estas son algunas de las preguntas que intenta responder la última ENNyS, herramienta que brinda información clave para realizar un diagnóstico sobre el estado nutricional, los patrones alimentarios y hábitos de consumo de la población. En esta oportunidad, se entrevistaron a 21.358 casos de todo el país, a través de encuestas, mediciones antropométricas y bioquímicas.

Entre las principales conclusiones, se advierten indicadores que realmente preocupan, como los siguientes:

  • Más de del 40% de la población de 5 a 17 años tiene exceso de peso.
  • El exceso de peso está presente en casi el 68% de la población adulta.
  • Los grupos sociales de menores ingresos evidenciaron mayores índices de exceso de peso, y mayor prevalencia de obesidad.

Estos números son un reflejo de cuáles son actualmente nuestros hábitos de consumo en alimentación, donde los datos arrojados siguen siendo inquietantes:

  • Los niños y adolescentes son quienes más consumen bebidas artificiales con azúcar, al menos una vez al día.
  • El 36% de la población refirió haber consumido golosinas (caramelos, alfajores, chupetines, chicles, barras de cereal, etc.) dos veces por semana o más.
  • Los hogares con bajos ingresos consumen 2 veces más cantidad de productos de copetín que los sectores de mayores ingresos.

Muchos de los hábitos son resultado de las influencias que el entorno genera, que de alguna manera lleva a reforzar ciertas conductas. Al respecto, el informe  también es categórico:

  • El 23,5% de la población de 13 años y más declaró que compró algún alimento y/o bebida en la última semana porque lo vio en una publicidad.
  • Al 71,2% de los niños y adolescentes escolarizados, la escuela le provee a veces o siempre facturas, productos de pastelería, galletitas dulces y/o cereales con azúcar.
  • Sólo 2 de cada 10 estudiantes reportan que su institución siempre les provee frutas frescas.

Estos datos, entre otros, confirman que nuestros niños y adolescentes son quienes mayoritariamente se encuentran expuestos a un entorno obesogénico, que fomenta el consumo de alimentos y bebidas que deberían consumirse muy esporádicamente.

Los resultados son contundentes y nos interpelan a  tomar medidas urgentes para revertirlos. Tienen que estar presente en la agenda de política pública, además de la reflexión cotidiana. En este contexto ¿Es posible una mejor nutrición nacional?

Acá podes tener acceso al informe completo

¿Qué comemos cuando comemos? Alimentos ultraprocesados

Está comprobado que los nuevos hábitos nos llevan a comer cada vez menos saludable. Así lo confirman estudios y las alarmantes estadísticas en nuestro país. “Más del 50% de la población en Argentina tiene exceso de peso. Esto aumenta el riesgo de tener más de 200 problemas de salud, como por ejemplo: diabetes, hipertensión arterial (presión alta), enfermedades respiratorias crónicas, enfermedad de los riñones, del hígado y algunos tipos de cáncer”. Así lo informa el Ministerio de Salud de la Nación.

Por ello, resulta fundamental saber qué es lo que estamos consumiendo. ¿Todo es alimento? El Código Alimentario Argentino (Ley 18.284) define al alimento como “toda substancia o mezcla de substancias naturales o elaboradas que ingeridas por el hombre, aporten a su organismo los materiales y la energía necesarios para el desarrollo de sus procesos biológicos. Esta designación incluye además las substancias o mezclas de substancias que se ingieren por hábito, costumbres, o como coadyuvantes, tengan o no valor nutritivo”.

Para ir más allá de esta definición, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte que es importante dejar de concebir a los alimentos como una mera suma de nutrientes y destacar el importantísimo papel que ejerce el procesamiento industrial moderno en su composición.

Así llegamos a saber que nuestra dieta diaria está compuesta -cada vez más- por lo que se denominan alimentos ultraprocesados, que básicamente son “formulaciones industriales elaboradas a partir de sustancias derivadas de los alimentos o sintetizadas de otras fuentes orgánicas”, según la OPS. En su mayoría, están compuestos por ADITIVOS (aglutinantes, cohesionantes, colorantes, edulcorantes, emulsificantes, espesantes, espumantes, estabilizadores, “mejoradores” sensoriales como aromatizantes y saborizantes, conservadores, saborizantes y solventes).

Estos alimentos resultan nocivos para la salud porque:

  1. Su calidad nutricional es muy mala. Son ricos en azúcares libres, grasas no saludables y sal, y bajos en fibra alimentaria.
  2. Son extremadamente sabrosos y casi adictivos. Tienen características que generalmente nos llevan a un consumo excesivo.
  3. Imitan a otros alimentos, erróneamente vistos como saludables. Las tecnologías crean la falsa impresión de que se trata de alimentos beneficiosos.
  4. Fomentan el consumo como “Snacks”, para ser consumidos de inmediato en cualquier lugar.
  5. Se anuncian y promocionan de manera enérgica , con grandes campañas que seducen, sobre todo a ciertas poblaciones.
  6. Son socialmente y ambientalmente destructivos, porque afectan las formas de alimentación familiar y las economías locales, además de un proceso de fabricación contaminante.

Por ello, es importante que seamos conscientes de qué estamos consumiendo cuando todos los días nos llevamos un producto a la boca. Si son alimentos ultraprocesados, seguramente no son buenos.

Si querés  conocer más al respecto, podés acceder al informe completo de la OPS acá.

La leche, clave para la nutrición pero inalcanzable

La realidad demuestra que el acceso a una buena alimentación viene siendo una meta cada vez más difícil de alcanzar para una familia en Argentina. Muchos productos básicos resultan inaccesibles y entre ellos se destacan los lácteos, que subieron por encima de la inflación media en los últimos años.

Según datos del Ministerio de Agroindustria, el consumo de leche fluida se redujo por tercer año consecutivo en los primeros once meses de 2018. Muchos argentinos la restringieron de su dieta, especialmente en sectores vulnerables.

“La leche es un alimento fuente de calcio, rica en proteínas y vitamina D. La necesidad de calcio es más alta durante la niñez y la adolescencia, porque los huesos están en crecimiento y es necesario contar con calcio adicional para que se fortalezcan. Además, es una buena fuente de vitamina A, vitaminas del grupo B y fósforo”, advierte María José Quellet, nutricionista que integra el equipo de nutrición del Banco de Alimentos de Córdoba.

Por ello es que el Banco de Alimentos lleva adelante una colecta de leche en polvo y larga vida, para garantizar el acceso a este vital alimento y distribuirlo entre sus más de 18.000 beneficiarios. Son 224 organizaciones sociales (comedores comunitarios, merenderos, centros infantiles y otras ongs) que recibirán lo recolectado.

Para sumarse a la colecta -que en 2018 reunió más de 14 mil kg. de leche- se puede hacer click acá y así colaborar con una mejor nutrición de muchos cordobeses que lo necesitan.

Informe Nutricional: el 47% de los niños con malnutrición

La malnutrición, principalmente por sobrepeso, es un flagelo que crece año a año y atraviesa a niños de todas las clases sociales. Pero, por el contexto socioeconómico en el que crecen, los menores en situación de vulnerabilidad son los que más lo sufren a raíz del consumo de alimentos con baja calidad nutricional.

Casi la mitad (el 47%) de los niños, niñas y adolescentes (NNA) que son beneficiarios del Banco de Alimentos Córdoba presenta algún estado de malnutrición: el 20% tiene obesidad, el 20% sobrepeso y un 7% tiene un peso menor al esperado.

El dato se desprende de un estudio realizado por el área de Nutrición de la fundación a 1426 chicos menores de 18 años (el 51% tienen entre 6 y 11 años, un 21% son niños/as de 3-5 años, 16% de 12 a 18 años y 12% entre 0 y 2 años) que asisten a más de 35 organizaciones (comedores, merenderos, copas de leche) beneficiarias del Banco. Las mediciones antropométricas se realizan desde marzo de este año.

Para entender mejor los resultados cabe destacar que, según los parámetros de la OMS, es de esperar que en una población se encuentre un 75% de NNA eutróficos (con un peso saludable), un 10% de malnutrición por déficit y un 15% de malnutrición por exceso.

Ver el informe completo aquí

Las consecuencias de la malnutrición infantil

Los niños, niñas y adolescentes con sobrepeso y obesidad tienen mayor riesgo de contraer enfermedades crónicas (enfermedades cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer, diabetes y asma, entre otras) en la edad adulta.

Pero la malnutrición por exceso también impacta negativamente en el desarrollo cognitivo, acrecentando cada vez más la desigualdad de oportunidades.

“La niñez es una etapa vulnerable y clave para tener luego un adulto sano y bien desarrollado física y mentalmente. En el caso de los que menos tienen, es un habilitante para que después puedan conseguir un trabajo digno y salir de la pobreza”, aseguró Constanza Rodríguez, titular de la cátedra Alimentación del Niño de la carrera de Nutrición en la Universidad Católica de Córdoba.

Desigualdad económica, desigualdad alimentaria

Según un análisis de UNICEF Argentina, los adolescentes de bajo nivel socioeconómico (medido a través del nivel educativo de los padres) tienen un 31% más de probabilidad de tener sobrepeso respecto de los adolescentes del nivel socioeconómico más alto.